Prefacio. El recrudecimiento de la irracionalidad: pseudociencia, negacionismo y posverdad
Resumen
Mientras escribo este prefacio, el mundo enfrenta una polarización desenfrenada. No muy lejos de aquí, las calles de Barcelona arden debido a violentos disturbios, impulsados por políticas identitarias de corte posmoderno y un recalcitrante narcisismo doxástico. A nivel mundial, concepciones irreconciliables, a menudo extravagantes, se confrontan, condicionando los debates sociales sobre problemas locales y desafíos globales de la mayor relevancia. De forma rutinaria, las campañas políticas se encargan de difundir desinformación con el objetivo de aumentar el aislamiento y la radicalización de los grupos sociales. Como resultado, los gobiernos autoritarios florecen en democracias consolidadas, como sucede en la actualidad en Estados Unidos, Brasil, Polonia, Italia, Hungría, Reino Unido y México. En otros países, como Francia, Dinamarca, Holanda y Finlandia, partidos populistas que proponen políticas regresivas están ganando impulso, promoviendo la fractura de la epistemología cívica.
Esta situación política surge a raíz de un fenómeno subyacente: cámaras de eco informativas generadas a través de filtros y algoritmos orientados al consumidor. Hoy en día, la población no necesita de políticos demagogos o charlatanes profesionales para entrar en contacto y verse alentada a aceptar la desinformación. Por el contrario, la situación generalizada de posverdad debe ser considerada como una patología de la comunicación que afecta a casi todas las dimensiones de nuestro panorama cultural: a medida que la cognición caliente impulsa el rechazo de la discusión basada evidencias acerca de cuestiones con valor identitario, el pensamiento crítico pasa a ser ampliamente precibido como una amenaza para el partidismo internalizado y el sesgo de grupo.
De forma esperable, las creencias infundadas prosperan bajo estas condiciones. Grupos con gran influencia social promueven de forma exitosa epistemologías alternativas a través de la negación de hechos científicos — por ejemplo, la antropogénesis del cambio climático, el consenso científico respecto a la seguridad de la vacunación, o desinformación bien documentada en el marco del Brexit y similares. La ciencia y las universidades son explotadas en aras de defender intereses corporativos. Las noticias falsas, el periodismo corrupto y otras formas de manipulación de la opinión pública quedan impunes. Las redes sociales, como modelo dominante de comunicación interpersonal, son un hervidero de agitación epistémica. En términos generales, la aceptación de los hechos se ha visto tribalizada, dejando atrás los estándares modernos de razón pública y evaluación crítica. Esta situación no es nueva: la humanidad siempre se ha visto involucrada en todo tipo de sesgos y motivos deshonestos. Sin embargo, el actual recrudecimiento de la irracionalidad emerge de su intensificación técnica.
Este número especial tiene como objetivo aumentar el nivel de comprensión respecto a este estado de cosas, dado que el análisis filosófico de la pseudociencia y la posverdad es un tema de gran relevancia social — un fascinante viaje a través del lado oscuro de la cognición humana, no suficientemente tenido en cuenta en las discusiones filosóficas actuales. A pesar de no estar estructurado en base a secciones claramente delineadas, presenta tres clusters temáticos. Un primer grupo de artículos (Vacura, Edis, Cuevas-Badallo y Labrador Montero, Torcello, Vega y mi contribución), que se ocupa de la elucidación general de la posverdad y sus ramificaciones. Un segundo grupo (Hansson, Stamenkovic, Kreimer, Pérez-González y Ruse), que analiza casos específicos de desinformación y creencias infundadas, tanto en relación al escepticismo organizado como a la pseudociencia en tanto que problemática social. Por último, un tercer grupo (Černín, Gascón, Manninen y Pigliucci), compuesto por un conjunto heterogéneo de reflexiones acerca de las implicaciones culturales de la situación descrita por los autores anteriores, haciendo especial hincapié en cuestiones educativas y en la epistemología de la virtud.
Quiero agradecer a los autores que han participado en este monográfico. Como editor invitado, estoy orgulloso tanto de haber trabajado con vosotros como de vuestros magníficos manuscritos. Además, me gustaría agradecer al editor de esta revista, Paulo Vélez León, por su amable invitación y su valiente apoyo.
Referencias
Derechos de autor 2020 Disputatio. Philosophical Research Bulletin
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